Hace tiempo que mamá estudia la evolución
del proceso de aprendizaje, y desde
un principio le preguntaron la razón por la cual no estudiaba cognición canina.
Su respuesta fue que los perros estamos demasiado socializados, pues co-evolucionamos
con los humanos lo cual vuelve complicado eliminar los rasgos culturales de
nuestra conducta.
Es por ello que mamá pretende ignorarnos y centra su
atención en animales menos socializados como ardillas y pájaros, pues es
posible comprender las funciones básicas del aprendizaje sin tener que interpretar
patrones culturales.
Sin embargo, esto no le impide que a
veces analice mi mente, a veces de manera muy clara, como cuando caminamos,
pues siempre me permite elegir a donde quiero
ir, aunque creo que en realidad está analizando la forma en que tomo decisiones
y si soy capaz de sostener mis preferencias.
A veces, lo hace cuando jugamos y en
ocasiones sus oportunidades simplemente surgen como de la nada…
Hace unos días estábamos papá, mamá y yo
en el cuarto de baño, esperando que ella se peinara. De repente ella y papá
comenzaron a jugar y en el alboroto yo perdí la pista de mamá por un segundo.
Cuando la busqué había ¡desaparecido!, no estaba en la habitación, ¡solo estaba papá
parado junto a la ventana!
La busqué y no pude verla, pero lograba
escucharla, muy quedito… mientras yo miraba a papá porque estaba seguro que él
se había comido a mamá, pues creo que su voz salía de dentro de él…
¡No
podía creer lo que sucedió frente a mis ojos!, ¡el macho Alfa se comió
enterita y sin dejar migajas a mamá!. Papá me sonreía como diciendo: ¿ves de lo
que soy capaz?
De repente mamá salió detrás de papá, ¡no
podía creer mi cara de sorpresa!, ella es más fuerte que todos y logró salir de
la celda en que estaba. Comenzaron a reír y me abrazaron, hasta que mamá me
explicó que cuando pierdo de vista los objetos, estos no desaparecen,
simplemente no los veo.
Mamá me explicó que esto es un paso
importante para los bebés humanos, y que yo le había ayudado a comprender el
proceso de mejor manera. ¡Hasta me gané un galleta!, aun no entiendo bien lo
que hice, pero ¿quién le dice no a
una galleta?
No sé ustedes, pero si alguien se come a
su mamá, mantengan sus ojos bien abiertos, por que sin duda habrá un efecto
secundario de semejante acción y ¡muy probablemente resulte que aprenderán algo
extraordinario!