jueves, 3 de septiembre de 2015

La fabulosa cognición canina


Hace tiempo que mamá estudia la evolución del proceso de aprendizaje, y desde un principio le preguntaron la razón por la cual no estudiaba cognición canina. Su respuesta fue que los perros estamos demasiado socializados, pues co-evolucionamos con los humanos lo cual vuelve complicado eliminar los rasgos culturales de nuestra conducta.

Es por ello  que mamá pretende ignorarnos y centra su atención en animales menos socializados como ardillas y pájaros, pues es posible comprender las funciones básicas del aprendizaje sin tener que interpretar patrones culturales.

Sin embargo, esto no le impide que a veces analice mi mente, a veces de manera muy clara, como cuando caminamos, pues siempre me permite elegir a donde quiero ir, aunque creo que en realidad está analizando la forma en que tomo decisiones y si soy capaz de sostener mis preferencias.

A veces, lo hace cuando jugamos y en ocasiones sus oportunidades simplemente surgen como de la nada…

Hace unos días estábamos papá, mamá y yo en el cuarto de baño, esperando que ella se peinara. De repente ella y papá comenzaron a jugar y en el alboroto yo perdí la pista de mamá por un segundo. Cuando la busqué había ¡desaparecido!,  no estaba en la habitación, ¡solo estaba papá parado junto a la ventana!

La busqué y no pude verla, pero lograba escucharla, muy quedito… mientras yo miraba a papá porque estaba seguro que él se había comido a mamá, pues creo que su voz salía de dentro de él…

¡No  podía creer lo que sucedió frente a mis ojos!, ¡el macho Alfa se comió enterita y sin dejar migajas a mamá!. Papá me sonreía como diciendo: ¿ves de lo que soy capaz?

De repente mamá salió detrás de papá, ¡no podía creer mi cara de sorpresa!, ella es más fuerte que todos y logró salir de la celda en que estaba. Comenzaron a reír y me abrazaron, hasta que mamá me explicó que cuando pierdo de vista los objetos, estos no desaparecen, simplemente no los veo.

Mamá me explicó que esto es un paso importante para los bebés humanos, y que yo le había ayudado a comprender el proceso de mejor manera. ¡Hasta me gané un galleta!, aun no entiendo bien lo que hice, pero ¿quién le dice no a una galleta?

No sé ustedes, pero si alguien se come a su mamá, mantengan sus ojos bien abiertos, por que sin duda habrá un efecto secundario de semejante acción y ¡muy probablemente resulte que aprenderán algo extraordinario!

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