Hace más de un año, durante uno de
nuestros viajes, Champy y yo tuvimos oportunidad de compartir tiempo con
nuestro león. Es sólo un león de juguete, pero después de mucha observación,
descubrimos que era capaz de lograr esta plasticidad estética que sólo un gran
talento puede tener.
Convencí a Champy y a mamá de que
debíamos intentar explotar ese algo especial de nuestro amigo, y comenzamos a
trabajar durante el verano en un proyecto que titulamos “Lion King of the World” que nos dio mucha diversión.
Lo primero fue encontrar las locaciones
precisas. Champy fue nombrado director del proyecto y no le costó trabajo
encontrar varios espacios en nuestro jardín. Elegidas las locaciones,
planeamos el mejor momento del día para poder desarrollar el trabajo. Si bien mamá prefiere la luz matutina y
después de las 4, a veces no era posible trabajar en esas horas, así que
tuvimos varios intentos frustrados.
Encontrar la locación y preparar todo,
nos llevaba tiempo, y luego explicar a León exactamente lo que queríamos se
convirtió en ratos de mucha diversión. A veces teníamos todo listo y el sol se
escondía, o bien león se negaba a negociar con la gravedad.
La
primera serie se publicó el otoño pasado, y la verdad no tuvo una buena
acogida por parte de la critica. Pero como dice mamá, lo importante no es
trabajar para otros sino por nosotros mismos. Hemos esperado mucho este año
para tener nieve y convencer a León que nos regale alguna pose que valga la
pena para compartir. Aunque hasta ahora, la nieve no se ha asomado.
Si quieres ver la serie completa la
puedes encontrar en: El talento oculto de Lion King of the World
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