Aunque ya no puedo ver las flores, puedo oler las lilas y todos
los árboles que adornan el paisaje. Champy dice que es la época del año en que
mami mira para todas partes y encuentra algo que fotografiar, recuerdo que me
gustaba ver todos los colores con que los jardines se engalanan.
A todo ello se agrega la increíble sensación de frescura que nos
da el chapoteo en la bañera ¿no es increíble sentir el agua en un día de
intenso calor?.
Con la primavera llega el momento de salir a trabajar en el
jardín, plantamos flores por aquí, regamos semillas por allá, los arboles
comienzan a vestirse y brindar sombra, florecen, comienzan las alergias que son
la respuesta del cuerpo ante el exceso de polen en el ambiente. … dice mamá que
la belleza siempre tiene su precio, afortunadamente
son temporales, en la mayoría de los casos.
Después de cuidar el jardín, de sentir el pasto y ensuciarnos con
la tierra, nada como descansar un
poquito, sentir la brisa que se cuela por las ventanas y preparar las toallas
para darnos un chapuzón en la bañera, especialmente si mamá abre la ventana del
techo del baño pues los rayos del sol se cuelan para abrazarnos cálidamente
mientras el agua nos acaricia, primero la patitas, la pancita y luego en la espalda, y así
jugando, jugando nos frotan burbujas que a veces vuelan.
Nuestro shampoo huele a avena y miel, a Champy le lavan las
patitas con uno especial que huele a jabón fino y a veces, cuando tenemos mucha
comezón, nos lavan con uno que huele a menta, tenemos todo un arsenal para
cuidar de nuestra piel, pues hay que cuidar todos los detalles.
Mientras esperamos a que el shampoo haga efecto, chapoteamos, siento cuando Champy se mueve por las olas que hace, y yo respondo moviendo mis patitas y crear una ola más grande, como las del lago Michigan cuando hace mucho viento, solo que con agua tibia.
La regla de oro es: sino te limpian las lagañas, nadie te creerá
que te bañaste, así que la cara se lava doble, con cuidado entre los ojos y los bigotes, cuidando que el agua no
toque ni los ojos ni la nariz, nadie quiere sentir los ojos irritados o la
nariz mojada por dentro, así que nos quedamos quietecitos cuando el agua
comienza a correr desde lo más alto de nuestra cabeza.
Como no veo, Champy y yo nos bañamos juntos, ¡así nos damos valor
uno al otro!, además es más divertido secarnos, porque nos revolcamos sobre las
toallas que se extienden por el piso, nos cepillan muy bien para lucir lindos, y después !a descansar, porque la belleza
cansa!.
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