miércoles, 28 de noviembre de 2012

Nicolás y su hada canina

Mamá ha conocido a mucha gente en el área de educación y aprendizaje, pero recientemente conoció a alguien cuya meta es educar niños para que convivan con los perros, es como un puente entre los humanos y los perros. El nombre de esta persona extraordinaria es el autor español Roberto Estévez quien junto a Beatriz Fernández y Elena Álvarez-Testa han creado un proyecto llamado CanCiencia.

Lo interesante de este proyecto es que puede ayudar a humanos y perros a convivir e incluye un cuento titulado Nicolás y su hada canina que se escribe debido a que Gordi muerde sin consecuencias a Nicolás, lo cual hace escribir este manual para los mejores amigos.

Esta situación que pudo dejar a Gordi en la calle, pero en cambio, comienza este proyecto socio cognitivo donde se enseña a convivir entre las especies, bajo la creencia de que niños y perros pueden aprender a jugar juntos.
Como otros investigadores han demostrado, las capacidades cognitivas de nosotros los perros dependen de la domesticación, pero a veces los humanos piensan que somos solo perros, olvidando que nuestro cerebro activo y pendiente, disfruta mucho de aprender, ya que la adaptación al medio es la meta de todas las especies sobre la tierra.

Sin adaptación, no se puede sobrevivir, pero esa adaptación puede ser difícil para unos más que para otros. Igual que hay personas que aprenden algo más rápido y mejor, hay perros que necesitan más tiempo y paciencia.

Es por eso que es bueno cuando las personas tienen iniciativas de socialización, ya que son necesarias entre niños - perros, perro - perros, perros - gatos, personas - personas, porque  convivir es un hecho social que no se tiene en los genes necesariamente, debe haber algo que desencadene esa magia de querer estar con alguien y saber escuchar de las necesidades del otro.

Roberto Estévez además enseña a reconocer las bondades de tener un perro como mascota, por ejemplo, forzamos a las personas mayores a caminar, les recordamos que la comida es importante, pues muchas veces los adultos mayores olvidan comer, ¡pero nada como un buen ladrido para avisar que la pancita ya está vacia!, les ayudamos a mantenerse pendientes del entorno y algunas investigaciones muestran que la compañía canina relaja las funciones cardiacas.

Yo creo que entre más se haga por una sana convivencia entre especies es mejor, pues habrá menos amigos sin hogar; y es que la gente compra perros por que cuando somos pequeños somos lindos, pero la lindura implica que tenemos necesidades, no solo de comida, sino de aprendizaje. Si  mamá no me hubiera enseñado a caminar con mi correa, probablemente sería un número más en las estadísticas de perros sordos que mueren antes de un año.

Nada como encontrar nuevos amigos, aprender juntos y comer zanahorias mientras mamá me lee jugando con mis manitas. Eso me da ánimos para continuar disfrutando de la vida.

 Si deseas conocer el trabajo de Roberto Estévez no olvides dar un clic a estos vínculos:




 

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