Mamá ha conocido a mucha gente en el área de
educación y aprendizaje, pero recientemente conoció a alguien cuya meta es
educar niños para que convivan con los perros, es como un puente entre los
humanos y los perros. El nombre de esta persona extraordinaria es el autor
español Roberto Estévez quien junto a Beatriz Fernández y Elena Álvarez-Testa
han creado un proyecto llamado CanCiencia.
Si deseas
conocer el trabajo de Roberto Estévez no olvides dar un clic a estos vínculos:
Lo interesante de este proyecto es que puede
ayudar a humanos y perros a convivir e incluye un cuento titulado Nicolás y su hada canina que se escribe
debido a que Gordi muerde sin consecuencias a Nicolás, lo cual hace escribir
este manual para los mejores amigos.
Esta situación que pudo dejar a Gordi en la
calle, pero en cambio, comienza este proyecto socio cognitivo donde se enseña a convivir entre
las especies, bajo la creencia de que niños y perros pueden aprender a jugar
juntos.
Como otros investigadores han demostrado, las
capacidades cognitivas de nosotros los perros dependen de la domesticación, pero
a veces los humanos piensan que somos solo perros,
olvidando que nuestro cerebro activo y pendiente, disfruta mucho de aprender, ya
que la adaptación al medio es la meta de todas las especies sobre la tierra.
Sin adaptación, no se puede sobrevivir, pero
esa adaptación puede ser difícil para unos más que para otros. Igual que hay
personas que aprenden algo más rápido y mejor, hay perros que necesitan más
tiempo y paciencia.
Es por eso que es bueno cuando las personas tienen
iniciativas de socialización, ya que son necesarias entre niños - perros, perro
- perros, perros - gatos, personas - personas, porque convivir es un hecho social que no se tiene en
los genes necesariamente, debe haber algo que desencadene esa magia de querer
estar con alguien y saber escuchar de las necesidades del otro.
Roberto Estévez además enseña a reconocer las
bondades de tener un perro como mascota, por ejemplo, forzamos a las personas
mayores a caminar, les recordamos que la comida es importante, pues muchas veces
los adultos mayores olvidan comer, ¡pero nada como un buen ladrido para avisar
que la pancita ya está vacia!, les ayudamos a mantenerse pendientes del entorno
y algunas investigaciones muestran que la compañía canina relaja las funciones
cardiacas.
Yo creo que entre más se haga por una sana
convivencia entre especies es mejor, pues habrá menos amigos sin hogar; y es
que la gente compra perros por que cuando somos pequeños somos lindos, pero la
lindura implica que tenemos necesidades, no solo de comida, sino de
aprendizaje. Si mamá no me hubiera
enseñado a caminar con mi correa, probablemente sería un número más en las estadísticas
de perros sordos que mueren antes de un año.
Nada como encontrar nuevos amigos, aprender
juntos y comer zanahorias mientras mamá me lee jugando con mis manitas. Eso me
da ánimos para continuar disfrutando de la vida.
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